MUSILOCOGÍA (IV)

MIGUEL POVEDA

Vamos a ver. ¿No resultaba que el universo de la copla estaba muerto? ¿No significaba ser un retrógrado el mostrar abiertamente la fascinación por toda una tradición musical que posiblemente fuera lo único común que compartieron los bandos de nuestra desgraciada guerra incivil? Afortunadamente las aberrantes ideologías que abdujeron mentes y espíritus durante tantos años oscuros han muerto, o al menos han sido convenientemente esquilmadas, tamizadas o directamente suprimidas. Y la música, el verdadero arte, que nada quiere saber de cadenas o sectas se erige triunfante y se adapta a los nuevos gustos musicales pero sin perder ni un ápice de su tradicional esencia, manteniendo su poder hipnótico y conmovedor. Miguel Poveda firma un disco maravilloso, soberbio, con los estupendos arreglos de Joan Albert Amargós que le dan un toque jazzero elegante y mágico, produciendo una obra de arrebatadora belleza y acabado perfecto. Como perfecta resulta la voz delicada e infinitamente versátil del cantaor. Emociona, acaricia, desgarra, conmueve. Una absoluta obra maestra. 

Miguel Poveda – La Bien Pagá

FOREIGNER

Venga, dale fuerza a la Sanyo. Pero papá, que sólo tengo doce años. [Colleja] Da lo mismo, sé obsecuente. Has de aprender a escuchar temas que te hablen de lo que será tu vida, tu ambiente, toda la movida con la que habrás de cargar y que luego dejarás como un pesado fardo, cansado pero contento, reciclando esa licenciosa vida nocturna en disponibilidades afectivas que te dejarán exhausto hasta que más allá de eso… ¡Basta! Lo subo, lo subo.

Foreigner – Night Life

RAVEL

Hay gente que piensa que la realidad plena es necesaria para la creación artística. Craso error. Este señor compuso música esencialmente española sin conocer profundamente el país (España), y recabó la admiración de Manuel de Falla, quien resaltaba la autenticidad y sutileza logradas. En otra ocasión (estaba en Fez) dijo algo así como; “Si escribo algo arábigo, será mucho más arábigo que todo esto”. Pareciera que la imaginación del compositor se hubiera impuesto más allá de los condicionantes fácticos, pero ¿y si la realidad no fuera más que eso, pura y simple imaginación, una verdadera música ensoñada? Escuchemos al maestro Ravel…

Leon Fleisher – Alborada Del Gracioso - Instrumental

MICHEL CAMILO

Decir que el dominicano Michel Camilo es un pianista virtuoso es justo y necesario, sí, pero se queda bastante corto para abarcar y alabar todos los méritos de este músico excepcional. Porque la peculiar fusión que consigue entre el jazz y los ritmos latinos provoca un caudal sonoro que se inyecta directamente en vena y electriza todos y cada uno de los nervios, siendo así que cuando uno escucha determinados cortes siente que su cuerpo se ha llenado de una energía indescriptible y una contagiosa euforia. Dicho lo cual, ¿por qué no comprobar directamente lo que afirmo mediante una explosión de color y ritmo dentro de su espectacular viaje al Caribe? La música también puede ser un instrumento ideal para hacer que la vida retome su curso y se abra paso en medio de la catástrofe. Es preciso creerlo.

Michel Camilo – Just Kiddin

VAN HALEN

Muchos pensábamos que tras el magistral OU812 (Oh, tú te comiste una también) los Van Halen habían tocado techo. Acto de contrición. Porque tan sólo tres años después (1991) firmaron un disco sensiblemente superior (For Unlawful Carnal Knowledge, con Grammy incluido), columna vertebral de su inmortal gira “Right here, Right now” y que reúne un puñado de temas realmente soberbios, con Eddie marcándose unos solos de ensueño y un cantante poderoso (tremendo Sammy Hagar) en plena posesión de su fuerza y con un dominio vocal sin atisbo de innecesarios apoyos o florituras. Cuando llegue el día del Juicio ellos serán serios candidatos a poner la banda sonora.

Van Halen – Judgement Day

RICHARD MARX

Continuar siendo marxista en estos tiempos es alimentar una pasión inútil. ¿O no? El caso es que uno siente las vibraciones provenientes de otra época y comienza a pensar en aquellos días en que todavía nos era dado soñar con una melodía mejor, libre, de fraternidad sincera e ilusiones compartidas, donde poder exprimir la existencia sin preocuparte de otra cosa que no fuera la pura y sana camaradería. ¿Dónde ha quedado el anhelo? En Marx por supuesto. ¿Cómo? No, no te confundas, yo hablaba de éste, de Richard. Más tarde acabaría tan desorientado como el otro, pero ahí queda eso, el capital de su música.

Richard Marx – Too Late To Say Goodbye

O.S.I: OFFICE OF STRATEGIC INFFLUENCE

De nuevo se nos cruzan los cables. Todos con una potencia eléctrica descomunal. Porque Jim Matheos, guitarrista de Fates Warning, logra reunir a Kevin Moore (miembro fundador de Dream Theater) y al batería Mike Portnoy en una pirueta casi imposible, al haber logrado además que Steven Wilson (Porcupine Tree, ya lo hemos recomendado aquí) ejerza de vocalista invitado para un tema memorable de más de diez minutos de duración. ¿El resultado? Un disco referencial dentro del metal progresivo y una descarga adrenalítica que resulta difícil de olvidar y demanda con insistencia nuevas y perseverantes escuchas. Las guitarras se hibridan con sonidos electrónicos generando temas tan hipnóticos como este magnífico y contundente “Head”. Rotundos.

Osi – Head

BOSÉ (AH)ORA MALO (OTR)ORA BUENO

¿Dónde se nos quedó aquel Bosé poderoso y arriesgado de Salamandra, XXX, Bajo el Signo de Caín o Laberinto? Me temo que anda perdido de sí mismo. Nuestros peores presentimientos se han cumplido. Funcional, repetitivo, empalagosamente comercial, sin alma. Si el resto del disco sigue esta línea, y nada parece indicar lo contrario, estaremos frente a un trabajo totalmente prescindible. Ojalá me equivoque. ¿Volverá aquel gran artista que conocimos y que yo he recomendado de forma explícita? Mantengamos la esperanza.

Miguel Bosé – Estuve a punto de...

Aquí está el Bosé que nos gusta. Qué canción y qué contenido. Arreglos perfectos y sentimiento profundo. Es que el XXX es un disco realmente bueno. Os dejo esta auténtica joya.

Miguel Bosé – Que No Hay Xxx

BEETHOVEN ACLARADO

Muchos nos negamos a tener que imaginar determinadas figuras o creer ciertas leyendas para poder disfrutar de una forma preconfigurada o preceptiva de una determinada composición sonora. Es el caso. El problema es que puede haber gente que se sienta intimidada si no logra reaccionar con el modelo impuesto frente a una música cuyo título posiblemente tenga más de accesorio que de esencial. Por eso es más recomendable hablar en términos de Sonata para piano Nº 14 de Beethoven. Una obra maestra que a mí, por ejemplo, me conecta directamente con “Elephant” de Gus Van Sant. Hay algo muy tenebroso y sombrío que emana de esas notas y yo apuesto por esa imaginación. La belleza es tanta que puede llegar a deslumbrar. Inundado por la plateada luz de la luna o por un frío sol de invierno. Temblor.

Glenn Gould – Sonata No. 14 in C-sharp minor, Op. 27, No. 2 "Moonlight": I. Adagio sostenuto - attacca: - Instrumental

BEE GEES

Que el grupo compuesto por los tres hermanos Gibb (por desgracia Maurice falleció en 2003) sea uno de los más importantes dentro de la música pop a nadie debería pillarle de sorpresa tras 40 años de actividad prácticamente ininterrumpida. Con puntos álgidos (etimológicamente más fríos) y otros mucho más calientes (léase el bombazo mundial que supuso Saturday Night Fever), los Gibb supieron ir adaptándose a las nuevas demandas musicales sin perder por ello su propio estilo, dejando por el camino pentagrámico alguna que otra joya que forma parte del banda sonora de nuestros años más febriles. Se me ocurre como homenaje rescatar un temazo funk que hará las delicias de todos aquellos que hemos disfrutado bajo la disco ball reflectante y demás parafernalia bailonga. Alguno lo disfrutará mejor con pantalones de campana. Qué grandes (las calzas y ellos).