El arte del bonsai nace en China. Los primeras datos sobre el bonsái como tal los encontramos en la dinastía Han (215-206 a J.C.), incluso, los historiadores han encontrado referencias de técnicas sobre el acodo aéreo en el año 500 a. de J.C.
Para los emperadores chinos, el tamaño y esplendor de sus jardines representaban su propia magnificiencia y poder. Los paisajistas chinos, aprovechándose de la gran variedad de plantas existente en China y copiando el extraordinariamente bello entorno natural que contemplaban, comenzaron a reproducir ejemplos de la naturaleza en los famosos jardines de rocalla, utilizando árboles que se habían enraizado de manera natural o habían sido recolectados del campo o la montaña. Posteriormente se inició el cultivo de manera individual en macetas.
Posteriormente, en pinturas de la dinastía Tan (618-906), podemos apreciar ejemplares de pinos y ciruelos. En China distinguían entre "Pun- Sai", árbol sin paisaje en un cuenco, y "Pung-Ching", árbol con paisaje en una maceta o bandeja.
Desde China, éstos árboles comenzaron a llegar a Japón como regalo para la nobleza y los samurai (siglo XII), extendiéndose a finales del siglo XIX al resto de la población.
Es en Japón donde el bonsái desarrolla su propia estética y filosofía, ya que los primeros bonsáis chinos no eran más que árboles en maceta. Hoy en día existe una gran diferencia entre el bonsái japonés y el chino, siendo el japonés un árbol mucho más natural con una mayor atención a la presentación y al detalle.
Con los japoneses, el bonsái entra a formar parte del budismo y de su forma japonesa: el budismo ZEN, entendiéndolo como la relación entre hombre y naturaleza y el respeto por el universo. La contemplación de un bonsái suponía (y supone para los budistas zen) un ejercicio de meditación. El bonsái entendido como un elemento de culto es considerado un nexo de unión ente Dios y el hombre, haciendo alusión a los árboles que en la lejanía parecen tocar el cielo.
Como ya hemos dicho, el bonsái se extiende poco a poco por toda la sociedad japonesa y entra a formar parte de la ceremonia del té, de la que toma parte de su filosofía y estética. Esto supone la unión o encuentro entre los maestros de la ceremonia del té y los maestros del bonsái, así como la instalación definitiva de éste arte en la sociedad japonesa.
Los primeros contactos de Occidente con el bonsái se producen en la exposición mundial de París de 1878 y posteriormente en la de Londres de 1909, llegando a nuestros días con gran número de aficionados tanto en Europa como en América.
Algunos de los ejemplos botánicos sobre los orígenes chinos del arte del bonsái los podemos encontrar en las camelias, begonias, lagestroemias, rododendros, forsitias, etc., todos ellos originarios de China y posteriormente exportados al resto del mundo.
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LAO TSE
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La mejor sombra,la de un BonsaiReyes Chiva el 10 jul 2010 |
No soy aficionada a los Bonsais aunque siempre me han llamado la atenciòn,tan pequeños y perfectos. Voy a regalar a un amigo un Olmo Chino y como va a ser su primer Bonsai para que le acogiera con afecto no sabìa que enfoque darle pero al leer el artìculo tù me lo has sabido dar. El enfoque va a ser claramente el de la Meditaciòn;el parar el tiempo,dedicarnos a la relaciòn hombre-naturaleza, respetàndonos ambos y hayàndo asì nuestro equilìbrio. Como veras Carlos tu artìculo me ha gustado mucho,el enfoque que has dado al mundo del Bonsai,siendo yo totalmente novata en èl me ha cautivado. Sin màs.Un saludo. |