FILMOLITOS (XXIX)

NOÉ de Darren Aronofsky (2014)

Me temo que Aronofsky no puede evitar ser el gran director que es, y le habría gustado contar Noé como la exploración psicoanalítica de una mente delirante y perturbada que fabula con el exterminio del Mal apoyándose en la no menos delirante mitología bíblica del diluvio. ¿Podría haberlo conseguido? De no haberse tratado de una superproducción con todo lo que ello conlleva, sin duda. Me quedo con esa visión apocalíptica de Noé asumiendo la irremediable y consustancial dualidad humana, comprendiendo la raíz auténtica de la maldad, y con las reflexiones del “hombre malo” dentro del Arca acerca de la verdadera intencionalidad del Creador. ¿Era necesario un genocidio pasado por agua para purificar... el qué? Si le hubieran dejado, Aronofsky podría haber indagado sobre estas cuestiones mucho más y mejor construyendo una cinta memorable, algo así como un “Take Shelter” de época. Lástima.

300, EL ORIGEN DE UN IMPERIO de Noam Murro (2014)

Si la primera “300” te pareció lamentable, prepárate a ver esta su penosa continuación: Reinona Jerjes con voz de ultratumba, diálogos que harían vomitar a un niño, hachazos a la altura de políticos arribistas, y más exhibición de abdominales que en un posado en calzoncillos de “Cerresiete”. Un despropósito vacuo, innecesario, atronador y, obviamente, aburrido. Mala.

EL CÓNSUL DE SODOMA de Sigfrid Monleón (2009)

Fascinante Gil de Biedma, en una ficción  cinematográfica basada a su vez en una ficción literaria asentada sobre la también ficción vital (realidad y literatura como sustancia del alma) de un poeta (de) culto, contradictorio, sensible -¿se puede ser auténtico artista sin serlo?-, enmascarado y brillante, náufrago sobreviviente entre los mares de la pulsión y las formas, de lenguaje nada rebuscado pero intenso, apegado a una experiencia cotidiana que se impone la tarea de trascender a través de una visión profunda y desencantada afirmadora del placer esquivo de los cuerpos y su Deseo, lujuriosas sombras de un paraíso soñado o tal vez dolorosa e irremediablemente perdido. El gran JORDI MOLLÁ está a la altura de tan enorme desafió y nos regala una interpretación sabia y contenida, febril en la sugerencia, con el tormento de la insatisfacción siempre presente -¿se puede ser verdadero artista sin padecerlo?-, sosteniendo en cada plano una película que hubiera agigantado notablemente sus dimensiones de haber contado con una dirección algo más arriesgada y, en ciertos momentos, menos irregular. No obstante, y gracias a ese trabajo interpretativo preciso y perfecto que mereció una nominación a los premios Goya de 2010, una propuesta ciertamente recomendable.

AMERICAN HORROR STORY: FREAK SHOW de Ryan Murphy y Brad Falchuck (Serie de TV - CUARTA TEMPORADA)

Triste, emocionante, y hermoso final para la trágica historia de Elsa Mars (inmensa como siempre nuestra admirada y gloriosa JESSICA LANGE) dentro de la cuarta temporada de “American Horror Story: Freak Show”. Excesivas, demenciales, trágicas, negras, líricas, incoherentes a veces y, en no pocos momentos, ciertamente aterradoras, las historias creadas por el tándem conformado por Ryan Murphy y Brad Falchuk resultan verdaderamente adictivas, alternando lo sublime con lo mediocre, lo sutil con lo grotesco, pero siempre ofreciendo extrañas opciones, inquietantes sorpresas, alternativas inesperadas, extrayendo sombras de las recámaras más recónditas de la mente humana, celdas de nuestros más oscuros y profundos miedos, cuya exposición permite lanzar, tras su aparente disfraz de cotidiana normalidad, dardos envenenados contra la autocomplaciente e hipócrita existencia de una “adaptada mayoría” que trata de expulsar la monstruosidad hacia los márgenes del sistema (endemoniados, locos, brujas, freaks) para al final encontrársela peligrosamente inscripta en el propio corazón (como la imagen multiplica de un espejo roto) de sus endogámicos e institucionalmente aceptados códigos de conducta. Todo ello -lo que una vez más corrobora la perspicaz mirada de los autores-, sin caer en discursos buenistas de fácil digestión ni tratando de negar la consustancial maldad del alma humana que, precisamente por ello, ofrece y ofrecerá siempre la posibilidad de honrosas y dignas batallas de salvación.

OCULUS de Mike Flanagan (2013)

¿Realidad sobrenatural o ficción psicotraumática? Mike Flanagan juega con determinación sus bazas y ofrece una película de terror decente, lo cual ya es decir mucho, que no abusa del virtual y cansino "jump scare" para asustar al habitual y habituado espectador del género, y sí en cambio utiliza hábilmente el montaje para transitar lugares comunes de una forma inteligente, desasosegante y siempre entretenida, en pos de un final oscuro y abierto a la interpretación. Una grata sorpresa.

AL FILO DEL MAÑANA  de Doug Liman (2014)

Si eres alienígena y decides invadir la Tierra... en fin, yo me lo pensaría muy mucho, sobre todo si hay un “mimético de sí mismo” llamado Tom Cruise decidido a pararte las intenciones, tan heroico siempre como incapaz de rodar una buena película desde que afortunadamente lo hiciera bajo las órdenes de Paul Thomas Anderson y Stanley Kubrick. Hasta determinado momento, perfectamente previsible por cierto, “Al filo del mañana” se sostiene con cierta solvencia hasta que, más previsible todavía, sobreviene el plomizo desenlace y todo el edificio se viene abajo con ruido y estrépito, lo único que queda de un producto realizado a mayor gloria de un actor atrapado en su propio e insustancial bucle. En fin, el tipo cada vez da más grima, y parece que tiene decidido continuar reviviendo su particular día de la marmota. En efecto, y como si de su propia metáfora existencial se tratase, Tom se repite más que el ajo.

DiDi HOLLYWOOD de Bigas Luna (2010)

Posiblemente la peor película de su director y una de las peores del cine español de todos los tiempos, y es una pena porque Bigas Luna nos regaló a lo largo de su dilatada trayectoria cinematográfica obras realmente notables. Pero esto, esta cosa... no tiene nombre. Solo calificativos: lamentable, absurda, simplista, y de todo punto execrable. Guión plagado de tópicos insufribles, interpretaciones ridículas (Elsa Patética), fotografía horrenda, dirección errática y sin pulso... Todo resulta particularmente malo en esta especie de película (es un decir) que no merece contar en la filmografía de un director que sí habría merecido una despedida mucho más digna para toda una carrera sazonada con importantes éxitos de público y crítica. Pésima.

Con su lamentable predecesora, "Yo soy la Juani", ambas constituyen un díptico ejemplar acerca de la caída en desgracia de un director otrora reputado. En este sentido, de indudable valor biográfico para los interesados en la figura de Bigas Luna.

BOYHOOD (MOMENTOS DE UNA VIDA) de Richar Linklater (2014)

El gran Richard Linklater nos ha regalado una joya imperecedera, una maravillosa película que logra un inesperado milagro en imágenes: capturar el transcurso de ese misterio que nos acontece mientras hacemos otras cosas, la Vida, a través de la ficción de un flujo temporal jalonado de momentos que “nos viven” y determinan como un presente continuo, posibilitando la existencia en sus múltiples pliegues y avatares, pero todo ello de una forma aparentemente sencilla, sin énfasis innecesarios o sensiblerías, sin sermones o sentencias lapidarias, logrando “en todo momento” atrapar y mostrar la emoción que nace desde lo más profundo de la Verdad. Una Obra Maestra que resistirá el paso del tiempo y hablará a las próximas generaciones en su particular visión del mundo, lo propio de cualquier clásico, que por derecho propio y merecidamente ya es. Una creación indudablemente referencial dentro del Séptimo Arte en lo que va de nuevo siglo. Absolutamente IMPRESCINDIBLE.

GOD HELP THE GIRL de Stuart Murdoch (2014)

Como un largo videoclip de Stuart Murdoch, vocalista de Belle & Sebastian, así es esta pequeña película que, aun con sus evidentes fallos y víctima de su carcasa algo naíf, sí sabe dejarnos un cierto poso melancólico que se cuela poco a poco entre algunas de sus excelentes canciones, la mayoría interpretadas por una bellísima Emily Browning, y termina por despertar nuestros recuerdos de adolescencia para recordarnos esa Verdad que todos tarde o temprano llegamos a intuir: Hubo una vez en que todos alcanzamos un cierto sentido de perfección, en efecto, cuando tuvimos la sensación de estar en el lugar adecuado y en el momento preciso porque esa sensación nos decía algo y nos interpelaba de forma directa para revelarnos que, en aquel preciso instante, justo ahí, las posibilidades para cada uno de nosotros eran sencillamente infinitas. Y esto, obviamente, sucedió, sucede, y continuará sucediendo en verano. Encantadora.

MAGICAL GIRL de Carlos Vermut (2014)

Carlos Vermut dirige con pulso, sutileza, inteligencia y elegancia esta sombría historia de heridas y traumas irresolubles, sin ceder a la siempre peligrosa tentación de clarificar o explicar en exceso motivos o conductas aparentemente crípticas, porque el denso rompecabezas se construye solo, progresivamente, en la mente del espectador, hasta llegar a la pieza faltante (gloriosa metáfora la del puzle incompleto de José Sacristán, pues el Deseo abrasivo, indudablemente de carácter “tanático”, se estructura precisamente en torno a una dolorosa ausencia imposible de colmar), y ofrecer como enlace (sobra el des-) un clímax portentoso que anuda la completa narración en un círculo tan oscuro como perfecto. Una de las mejores películas españolas de los últimos años, cuyo poderoso impacto genera oleadas de reflexión y ganas de volver a verla una vez más, y otra de propina, en igual e incontenible medida. Brillante es poco. Es más que eso, una auténtica joya.