EXPOSICIÓN A LA CASUALIDAD

Es curioso que en la maravillosa exposición dedicada al pintor Eugène Delacroix (1798-1863) y excelentemente organizada por CaixaForum de Madrid, me confirme una de las más sorprendentes hipótesis lanzada por una de las recientes biografías de la reina egipcia Cleopatra, injustamente tratada por los comentaristas romanos todos ellos muy machotes y, por supuesto, viriles con sus respectivos y preceptivos catamitas. En efecto, Joann Fletcher la ha visualizado pelirroja, y cuál no fue mi sorpresa al ver un lienzo del maestro titulado “Cleopatra y el campesino” donde la majestad egipcia (a la que muy pronto revivirá en la pantalla la diva del celuloide Angelina Jolie) aparece visiblemente bermeja. Por cierto, de esta extraordinaria muestra no podría cerrar el apunte sin recomendaros dos estudios abocetados que para mí superan los trabajos que fundamentan, y hablo de una Medea enfurecida que casi parece prefigurar el cubismo, y una caza de leones absolutamente deslumbrante, sin olvidarme de paisajes prácticamente impresionistas. Y qué decir de la Anunciación, varias Pietá, y una crucifixión absolutamente prodigiosa. Claro que la prodigiosa obra “Mujeres de Argel en sus habitaciones” no se queda a la zaga, ofreciéndonos una escena especialmente significativa donde la intimidad el ambiente es acentuada por una atención a los detalles realmente exuberante. “Ser o no ser” se recitaba el atribulado príncipe Danés, y también Delacroix nos lleva hacia ese alma atormentada y capta el momento en el que el sepulturero le ofrece la calavera que inspirará nuevas y oscuras reflexiones acerca de la caducidad de la existencia y el sentido o la falta de sentido inmanente a la misma. Grandiosa, pues, esta exposición que ya entra con todo derecho en nuestra lista de las mejores de este año que comienza a vislumbrar su fin.

Y más casualidad si cabe al enterarme de que Roberto Calasso publica su ensayo “La folie Baudelaire” donde trata de explicar muchos aspectos de la pintura de Declacroix a través de los comentarios de Baudelarie y viceversa. Es harto probable que no haya habido ningún gran escritor poco o nada interesado en algún momento de su producción acerca de obras o autores de la escena plástica. ¡¡Y justo después de haber escrito estas últimas palabras me pongo a continuar la última obra de Michel Houellebecq!! Lo pongo entre admiraciones porque efectivamente me admira que al poco de proseguir con su absorbente lectura me encuentre con que el personaje del escritor Houellebecq diga que “Muchos escritores, si se examina de cerca, han escrito sobre pintores, y desde hace siglos”. Créanme o no, o háganlo más o menos vuestras mercedes, pero les aseguro que es la secuencia exacta de acontecimientos y para mí todo encaja. Los trasvases e influencias siempre son múltiples y a veces extraños, como por ejemplo (otra casualidad a nuestro favor) ocurre con una obra maestra de la ciencia ficción moderna dentro del séptimo arte, “Alien, el octavo pasajero”, algunas de cuyas más famosas secuencias fermentan en la imaginación de Ridley Scott desde mucho tiempo atrás, cuando se dejó embrujar por “La bestia de la cueva maldita” de Monte Hellman, gloriosa serie B de ciencia ficción en blanco y negro que proporciona elementos indispensables (sombras e ideas) a la terrorífica tragedia espacial. El guión es un despropósito, con incoherencias monstruosas y diálogos sonrojantes, pero eso no es lo importante aquí, lo llamativo es su valor seminal e imaginario, porque el cine es sobre todo eso, trabajo con la imagen más allá de cualquier otro tipo de consideración. Con cuatro duros, producción del hermano de Roger Corman y tremendo desparpajo un tipo visionario como Monte Hellman sienta las bases de la que será película fundamental dentro del cine y cuyas influencias no han dejado de notarse y percibirse hasta el momento.

Aquí abandonamos momentáneamente este carrusel de hechos fortuitos anticipando el nuevo goce futbolístico que podemos esperar a tenor del juego desplegado por un Real Madrid enrachado y que a su eléctrica propuesta de contraataque ha querido y sabido sumar con eficacia la elaboración inteligente, sin caer nunca en el engolado vaniloquio de un cansino waka Brasa en horas bajas. Pero conviene no confiarse en exceso y llegar al clásico con cuatro o cinco puntos de ventaja sobre el eterno rival. Si el Madrid saliera indemne de ese enfrentamiento, y no digamos si lograra por ventura una victoria abultada, el camino hacia la Liga quedaría despejado en no poca medida. Así lo esperamos y deseamos.

POSDATA. No os olvidéis del estreno de Tintín (para muchos una verdadera joya nacida del inagotable talento del autor de obras maestras como “Munich”, “Atrápame si puedes” o “El color púrpura”), y tampoco de la nueva colección dedicada al CINE NEGRO que El Mundo ya ha comenzado a sacar sábados y domingos. Teniendo siempre muy claro y presente que Chapi’s THE BEST.