EL REAL MADRID PREPARA EL GRAN CLÁSICO CON GRAN CAUTELA PERO CONFIADO EN SUS POSIBILIDADES DE ÉXITO

David Villa es ninguneado por su propio entrenador, y frente a semejante agravio en el día de su trigésimo cumpleaños ¿por qué no nos sorprende ese penoso desprecio? Por desgracia la gente suele confundir la caracterización de un personaje con la verdadera y auténtica naturaleza interna de ese mismo personaje, y esto es especialmente sensible y llamativo en el caso de Don Pepinho. También sabemos que es bajo presión cuando la verdadera esencia de una persona se manifiesta, y han bastado determinados momentos donde el Don se ha sentido agobiado por su eterno rival para que diera muestras de su peor talante y mala educación, es decir, su verdadera naturaleza forjada en la cuna de la Farsa. Despreciando a su propio goleador solo demuestra lo que muchos ya sospechábamos y sabíamos: que se trata de un tipo rencoroso y vengativo, necesitado de un grupo que le idolatre y fomente una falsa humildad que solo esconde un orgullo inabarcable, arrogante, jamás colmado por halagos o éxitos, siempre en busca de una humillación más al contrario, sin levantar nunca el pie del acelerador para esculpir una leyenda en el país de nunca jamás. Pues bien, este próximo sábado sus huestes aterrizaran en el luminoso estadio Santiago Bernabéu con el torticero objetivo de poner fin a la inmensa racha victoriosa del REAL MADRID y añadir de este modo un poco más de incertidumbre a una liga que se decanta por momentos del lado merengue. Sus tácticas dentro y fuera del terreno de juego serán las de siempre, desestabilizadoras, fraudulentas, insidiosas, amenazantes contra el árbitro y los linieres que sentirán en su cogote (ugly) el halo infernal de su pútrido aliento. Mentiras, simulaciones, balonazos dirigidos al inocente público infantil que puebla las inmaculadas gradas del Bernabéu, juego sucio y barriobajero, todo eso y más podrían ser las armas esgrimidas por una sombría troupe capitaneada por el indeseable Piqué, habilitado por un comité de injusticia que le ha perdonado el partido de sanción que sin duda hubiera merecido y merecía de hecho su deplorable autoexpulsión operada hace dos semanas en el Camp MOU, hecho que por otra parte no garantiza su participación en el gran clásico del fútbol mundial dado que su propio entrenador le ha criticado indirectamente al exaltar las bondades del joven Cuenca utilizando para ello tanto un lenguaje soez como la mofa al aspecto físico del bisoño: extraña forma ésta de reconocimiento al alcance solo de los espíritus más mezquinos y miserables.

Pues aquí estamos expectantes, con los dientes afilados, velando armas y con el corazón henchido de orgullo madridista, dispuestos a dar batalla en una guerra desigual dada la intolerable pero cierta ayuda extradeportiva recibida jornada tras jornada por el artificioso conjunto blaugunner. Todo resultado es posible, cierto, pero hay alguno más probable que otro, y teniendo en cuenta los bochornosos antecedentes de la pasada temporada y por supuesto los de ésta misma, no convendría lanzar las campanas al vuelo movidos por la euforia que suele contagiarse con la pronta llegada de la Natividivinidad y tener los pies en el limo de la realidad, ese légamo pastoso donde tanto el simulacro vil como la coima generalizada son las habituales monedas de cambio cuando de lo que se trata es de juzgar y arbitrar a un waka Brasa laureado hasta la náusea y sustentado en poderes excesivamente terrenales. Nuestros poderosos combatientes se batirán con valentía en defensa de los valores de la verdad y de la justicia, equipados con la panoplia de su talento y pertrechados de pundonor y coraje, enfrenados contra un enemigo oscuro y poderoso guiado en su estrategia malévola por el pérfido Ojo del Villarato. ¡¡A nosotros bribones!! ¡¡Aquí trataremos de dar cuenta de vuestras continuas fechorías a través de una lección de fútbol ejemplar!! ¡¡Os estamos esperando!!

En el ínterin, puro entrenamiento europeo para los dos ejércitos, uno luminoso y el otro más oscuro que el retorcido espíritu convergente de los recortes, si bien lo que levanta más interés es el partido que enfrentará a dos pesos medios del viejo y cansado continente, casi ya sin contenido, y que a buen seguro nos dará momentos de emoción si la clasificación oscila para uno u otro lado del paralelogramo propiedad del Chelsea, sea o no sea ésta del agrado de los dos contendientes puesto que, indudablemente, solo quedará uno como en los inmortales de Lambert. Tiene morbo ver a Mata “matando” a su anterior equipo “chulé”, o contemplar cómo el hijo pródigo es fagocitado por su antigua tribu leñera. Lo veremos con sumo interés.

¿Más? El Getafe -reciente y memorable David frente al terrorífico y monstruoso Goliat culé-, cayó con estrépito frente al Sevilla en un partido donde sin duda sufrió las inevitables secuelas de tan heroico esfuerzo. Ha de ir preparándose con dedicación casi exclusiva para el encuentro de la segunda vuelta contra el waka Brasa, ese ha de ser su objetivo prioritario y máximo, pues de ese necesario sacrificio las crónicas blancas hablarán durante años, qué digo, durante siglos, milenios, relatando las hazañas de unos héroes cuya entrega desinteresada facilitó en gran medida la gloria merengue. Entretanto, el Atlético de Madrid restaña sus heridas con un triunfo balsámico conseguido frente al desinflado Levante, con Manzano agitando las ramas del Cerezo para que la fruta en mal estado, Reyes, pueda abandonar definitivamente el injerto rojiblanco durante el próximo mercado de invierno. Ya lo dijimos y lo mantenemos con firmeza, este gran equipo le viene muy grande a ese entrenador. ¿Hasta cuándo dirigirá los destinos colchoneros? Se admiten apuestas.