Sigue el acoso. La cachaza con que algunos se toman las infamias no debería constituirse en norma puesto que, por insistencia del club de la Farsa (ese mismo al que el propio Villarato le vino a decir eso de qué más quieres de mí), podrían sus mentiras acabar constituidas en verdad a base de reiterarse y repetirse, que es cosa bien sabida por cualquier opción totalitaria constituida como tal. Lloran, gritan, gimen y claman para hacerse oír en lo que ahora consideran un auditorio sordo a sus demandas, porque ven que el poder absoluto que hasta ahora y durante los últimos años llevan disfrutando anuncia su fin con trompetas de liberación y regeneración futbolística, mediante sonidos altos y claros que transmiten un solo mensaje de fondo: es hora de abandonar la mentira y abrazar una competición sana y Real. Y en eso anda todo el mundo, mal que les pese a Don Pepinho y toda su cohorte de blandengues turiferarios que continúan empeñados en revertir una situación que comienza a tener ya visos de definitiva, siendo como es el Real Madrid un equipo sólido, conjuntado, rápido, veloz, efectivo, alegre, relajado y transparente para todos aquellos que habitualmente siguen sus hazañas con fervor no sectario y, también, para esa nueva multitud de wakadesengañados que han visto como sus expectativas de grandeza eran solo una pérfida ilusión urdida por un inquietante conglomerado de intereses espurios.
¡¡Sed bienvenidos a la nueva racionalidad del fútbol!! Abandonad sin pena vuestro antiguo dogma balompédico y abrazad con gusto un nuevo modo abierto, tolerante y directo de afrontar los retos deportivos sin necesidad de utilizar feas artimañas que abreven en la falencia. Dejad de ser meros espectadores engañados dentro de una platea ilusoria, libraos de ese maldito y crónico ennui con que os atormenta un conjunto reiterativo, retórico, amanerado, flemático y exangüe; conjurad el congénito pesimismo del eterno perseguidor y pasad de una vez y para siempre al primer término (da igual el puesto real que se ocupe) de la clasificación universal, abandonando para siempre las imperiosas urgencias para ir al mingitorio sin tener que debatiros jamás en vuestro propio tremedal de dudas.
Como suele ocurrir frecuentemente en la vida, el que más se jacta de algo es precisamente el más inseguro al respecto. Esto es muy visible en ese tipo de personas que, valiéndose de una presunta superioridad moral sobre sus semejantes -para ellos en realidad inferiores-, son capaces de atribuir miedos ocultos a sus supuestos rivales, cuando son ellos los que, tratando de disimular para ellos mismos su abyecta naturaleza, alimentan su insaciable narcisismo a base de fomentar y manifestar ante los demás, para que así se la reconozcan, una aparente pulcritud moral. Don Pepinho dice que su altura moral no es de este mundo, al menos no del mundo futbolístico en el que también entrena su eterno rival, Mourinho. Quod erat demonstrandum.
Anoche el Madrid dio la cara, luchó, sufrió y ganó su partido en buena lid, lo que obviamente jamás podrá ser reconocido por un rival carcomido por la furia, la envidia, al constatar que las ayudas arbitrales están desapareciendo poco a poco, en un retroceso para ellos incompresible dados los gloriosos antecedentes con que cuentan en su dilatado haber. Lloran, patalean, difaman, acusan y echan toda su mala baba sobre la intachable reputación de clubes que se han negado y se niegan a transitar los mismos caminos oscuros que ellos han diseñado para sus dudosos éxitos. Porque el éxito, efectivamente, es relativamente fácil conseguirlo cuando uno se halla inmerso en determinados niveles de actuación, pero lo realmente difícil y complicado es llegar a merecerlo. Y la banda guardiolesca no lo merece.
¿Más? El Atlético de Madrid continúa encandilando a su público con partidos estelares, el Athletic de Bilbao nos regaló un partido memorable en su visita al feudo del Manchester United, y esta semana nuestro querido y admirado Real Madrid se las verá con el CSKA en un partido decisivo dentro de la máxima competición de este viejo y ajado continente, y que aun así continúa siendo la referencia del fútbol mundial. Esperamos un encuentro espectacular y un próximo cruce de cuartos contra los malandrines del waka Brasa. Cuanto antes solucionemos ese insufrible escollo tanto mejor.
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